Los inversionistas que apuestan a que el precio del crudo bajará, estiman que podría caer a menos de US$80 el barril
A medida que los precios del petróleo suben a niveles sin precedentes, los inversionistas que apuestan a que bajarán se han quedado más solos que nunca. Los índices de referencia de los contratos a futuro de crudo han registrado un gran desempeño en lo que va del año y ahora, cuando el barril supera los US$117, están bien por encima de las predicciones a corto plazo más altas. La velocidad de este ascenso ha tomado por sorpresa a muchos participantes del mercado y ha forzado a bancos y casas de corretaje a revisar repetidamente al alza sus perspectivas para los precios del crudo.
Sin embargo, algunos analistas continúan advirtiendo que los precios del petróleo se acercan a una caída precipitada, al menos alrededor de US$80 el barril. Para estos observadores que ven cómo se ha aflojado el equilibrio entre la oferta y demanda mundial por el combustible y cómo esto ha repercutido en los precios, el boom es asombroso. "Creo que es la madre de todas las burbujas", dice Michael Lynch, presidente de Strategic Energy & Economic Research Inc., una firma estadounidense de consultoría.
Él anticipa que los precios regresarán a US$80 para finales de junio y, a largo plazo, cree que bajarán a US$50, a medida que comience a fluir el suministro represado en Irak, Nigeria, Venezuela y otros exportadores que están produciendo por debajo de sus niveles tradicionales. Para Tim Evans, analista de energía de Citigroup, la burbuja "aún se está inflando", llenándose con perspectivas que parecen ignorar las señales de lo que él ve como un excedente de suministro hasta fines de año. "No hay un déficit de oferta y demanda".
Caída de precios
Entre los argumentos más importantes a favor de una caída en los precios destaca la posibilidad de una recesión profunda en Estados Unidos o incluso un período marcado de desaceleración
económica en el principal consumidor de energía que perjudique la demanda de energía mundial. En lo que va del año, la demanda petrolera en EE.UU. ha caído 1,9% en comparación al mismo período de 2007. Los altos precios y una economía débil deberían hundir el consumo de crudo de EE.UU., que este año llega a 90.000 barriles al día, según la Administración de Información Energética, una agencia del gobierno estadounidense.
Los contratos a futuro de crudo en la Bolsa Mercantil de Nueva York tocaron por primera vez los US$100 por barril el 2 de enero y no se ha detenido desde entonces. El crudo de Nymex ha subido 22% este año y 91% desde principios de 2007, quedando en US$117,48 el barril el lunes.
A principios de mes, la Agencia Internacional de Energía, la organización con sede en París que regula a los países más ricos del mundo en temas energéticos, redujo su predicción para el crecimiento mundial de la demanda en 460.000 barriles al día y ahora prevé una demanda total de 87,2 millones de barriles diarios este año, cerca de 1,3 millones de barriles más al día que el año pasado. La AIE también cree que el suministro de los países que no pertenecen a la Organización de Países Exportadores de Petróleo crecerá en 815.000 barriles al día, su mayor aumento desde 2004, lo que les da argumentos a los que creen en un mercado a la baja para afirmar que el mundo está bien abastecido.
El grueso del mercado petrolero no parece estar preocupado por este argumento. Los compradores se sienten envalentonados por lo que consideran como una producción entrecortada, en la que los miembros de la OPEP mantienen su producción estable, mientras que los demás países no aumentan su producción
tan rápido como se esperaba.
Mientras que el ciclo de recorte de tasas de interés de la Reserva Federal pretende estimular la economía en un momento peligroso, el mercado petrolero toma sus decisiones monetarias en base al desempeño del dólar. Mientras crecen los temores de que los recortes de tasas dejen a la economía estadounidense extremadamente vulnerable ante la inflación, algunos interpretan el auge en el valor del petróleo como un heraldo de esas presiones sobre los precios, que recuerdan el aumento de los precios del crudo a principios de los años 70.
Lynch, de Strategic Energy & Economic Research, argumenta que las dinámicas de oferta y demanda justifican un precio de entre
US$30 y US$40 por barril, mientras que los temores en las regiones exportadoras inestables podrían duplicar ese precio.
"¿Pero US$114? El aumento del precio que hemos visto en las últimas seis semanas ha ocurrido en un momento en que los fundamentos en general tendían a la baja", dice.
Incluso con las señales de peligro en el horizonte y los precios del petróleo rompiendo cualquier predicción, la bonanza ha creado la sensación de ser una profecía de autocumplimiento
No hay comentarios:
Publicar un comentario