lunes, 2 de junio de 2008

La mano invisible que empuja los precios al alza

Fuente: Publico.es.

¿Por qué están los precios del petróleo tan altos? ¿Por qué han estado subiendo continuamente durante tanto tiempo?

Para entender este problema tenemos que volver atrás, a la mitad de los años ochenta del siglo pasado. En aquel momento, los precios del petróleo estaban cayendo y llegaron al nivel mínimo de 8 dólares por barril. Los suministros de petróleo eran abundantes en relación con la demanda porque la producción de los países no OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) había aumentado significativamente, y, también, por el estancamiento del consumo de petróleo en el mundo.

La OPEP se encontró con una capacidad excedentaria de 10 millones de barriles/día. A pesar de la guerra Irán-Irak en aquellos momentos, los precios caían por la presión de suministros abundantes.En aquella época, el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, y la Dama de Hierro, la primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, promovían la llamada revolución conservadora basada en una ideología de liberalización económica.

Los grandes lemas eran: privatizar las empresas eléctricas públicas, intervención mínima de los gobiernos y mercados competitivos. La llamada economía liberal postula que los mercados son la solución económica a todos los problemas; que los mercados deben mandar ya que saben asignar los recursos de manera eficaz.

¿Y qué significa esto para el petróleo? Lisa y llanamente: el petróleo es una materia prima como cualquier otra, sea el cobre, la pimienta o el zumo de naranja. Menciono esta última porque todavía hoy recuerdo a un alto funcionario del Banco Mundial cuando, por aquella época, tras ser nombrado como responsable del departamento de Energía, me dijo lo siguiente: "¿Por qué estudia usted el petróleo? Es innecesario. Todo lo que necesita hacer es entender cómo funciona el mercado de zumo de naranja". No había sonrisa en su rostro ni tampoco un atisbo de broma. Me alegra poder decir que le he sobrevivido unas dos décadas en el estudio del petróleo.

De modo que el punto de vista dominante era que el petróleo era una materia prima como las demás. Es decir, que no hay nada especial sobre el petróleo, ninguna dimensión política. ¡Sólo marxistas recalcitrantes pueden creer que la política infecta el petróleo! Los años que siguieron probaron una cosa: los que crearon y difundieron aquella idea estaban equivocados.

Y un antimarxista supremo como el Presidente George W. Bush parece creer que la política tiene un papel, ya que no ha dudado en imponer sanciones petroleras contra países productores de petróleo o cuando acaba de rogar al rey de Arabia Saudí, hace pocos días, que dicho país aumente la producción. El precio del petróleo debía, pues, ser determinado por el mercado. Nada de gestión por parte de la OPEP (Dios lo prohíba); o por cualquier otra institución. Y, así, veríamos nacer un nuevo régimen de precios del petróleo.

Ahora bien, para entender por qué los movimientos de los precios del petróleo se comportan como lo hacen hoy día, necesitamos recordar que los precios de referencia del petróleo en el comercio internacional son determinados por los mercados de futuros de Nueva York (Nymex) y Londres (ICE Futures).

Y esta atribución a los mercados de su papel decisivo en la determinación del precio se remonta a 1987. Como si 20 años no fuera nada, como si no fuera un tiempo suficientemente largo para reconocer un hecho, todavía hay mucha gente que desconoce algunas cosas importantes y sigue creyendo, por ejemplo, que la OPEP establece los precios como lo solía hacer entre 1974 y 1985. Entre esas personas parece estar, sin ir más lejos, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, quien acaba de lanzar su gran propuesta: ¡proponer al G-7, los países más ricos, que presionen a la OPEP para que aumente su producción!

Subyace una buena lógica económica en la idea de que los precios deberían ser determinados por los mercados. Estoy de acuerdo totalmente con ese punto de vista, no vaya a ser que pierda mi credencial de economista. Pero tengo necesidad de plantear una pregunta inoportuna: por el mercado, sí, pero, ¿de qué mercado hablamos?

Hoy, como he mencionado, estamos usando los mercados de futuros para determinar la referencia del precio del petróleo. Siento repetirlo, pero éste es el punto importante. El mercado de futuros es un mercado de instrumentos financieros llamado "contrato de futuros de petróleo".

Aquellos que compran o venden un contrato de futuros no están buscando (excepto en raras ocasiones y solamente en Nueva York) suministrar u obtener un barril, un auténtico, físicamente hablando, barril de petróleo.¿Por qué están estos inversores en estos mercados? Por una razón muy sencilla: tienen la esperanza de conseguir un beneficio de la compra y venta posterior a un precio más alto; o viceversa, confían en hacer una diferencia al vender a un precio con la esperanza de comprar más tarde a un precio más bajo.

Esas gentes cubren sus posiciones usando otros instrumentos, los llamados derivados, como por ejemplo, las opciones. No están en absoluto interesados, pues, en el precio del petróleo, sino en las diferencias entre precios en distintos momentos. Se mantienen constantemente ojo avizor sobre otros mercados financieros tales como las múltiples materias primas, acciones, bonos, divisas.

Si los esperados beneficios para su dinero invertido son más elevados en otros mercados financieros que invirtiendo en petróleo pues mueven su dinero hacia esos mercados. Y viceversa, moverán su dinero hacia el petróleo si las perspectivas son menos atractivas en aquellos.
Los mercados de futuros del petróleo están dominados por instituciones financieras, bancos y hedge funds (fondos de cobertura). Estos mercados no están fuertemente concentrados. Es decir: ninguna institución mantiene un alto porcentaje de las transacciones.

No son monopolistas, pero entre ellos hay unos líderes, entidades que a los ojos de otros traders tienen un conocimiento superior. De modo que sus predicciones son preferentes. Hoy día, Goldman Sachs goza de esa privilegiada posición.

El mercado de futuros es un mercado financiero puro y duro. En otras palabras: el petróleo es uno más de los productos sobre los que se juega en el mercado de futuros. Es evidente que las percepciones, ideas, noticias, la llamada sabiduría convencional, todo esto tiene un papel importante en la formación de expectativas. A su vez, estas expectativas marcan la dirección del mercado.

El problema es que los traders no tienen el tiempo necesario para analizar las tendencias, verificar la solvencia de la información e interpretar correctamente la errónea sabiduría convencional. La mayoría de ellos se dejan llevar por titulares de la noticia, los puntos de vista y pronósticos de los "líderes" financieros. Todos ellos parecen creer en la teoría del "oil peak", que predice un insostenible crecimiento de la producción de petróleo.

Esto es: la cima que se alcanza en la producción global de petróleo tras la cual es irreversible la caída de la producción. Todos parecen creer que los suministros serán cada vez más ajustados mientras la demanda se va a mantener robusta, como si estas dos tendencias fuesen recíprocamente coherentes.

Y así, de este modo, llegamos a una consolidación de la creencia generalizada de que los precios del petróleo deben continuar subiendo. Tal expectativa es como una profecía que se autocumple (una predicción que se convierte a sí misma directa o indirectamente en realidad precisamente por la manera en que está formulada). Si una mayoría cree que en el comercio se juega con una apuesta en una sola dirección (hoy día una subida inevitable), la apuesta se concretará con éxito.

Llamémoslo, si os parece, especulación; llamémoslo, si queréis, una burbuja. La etiqueta no es lo relevante. La cuestión va de un asunto más sencillo: va sobre la dinámica de las expectativas. En razón de esta dinámica, los mercados financieros siguen una tendencia a pasarse o a quedarse cortos. El mercado de futuros del petróleo está hoy día claramente salido de madre. ¿Por cuánto tiempo más lo estará? No lo podemos saber.

* Robert Mabro es presidente y ex director del Oxford Institute of Energy Studies (Reino Unido).

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