América Latina, más fuerte para enfrentar la actual crisis mundial por los últimos años de bonanza, criticó la especulación financiera al observar cómo Europa y Estados Unidos olvidaron sus lecciones sobre mercado libre y adoptaron recetas prohibidas a la región.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, declaró que veía “con tristeza que bancos muy importantes que estuvieron opinando, diciendo lo que debíamos o no hacer, midiendo el riesgo del país, recomendando a inversionistas si Brasil era o no confiable, están quebrando, están llamando a acreedores”.
Esos bancos “lo que determinaron no fue la libre circulación de capital, la generación de empleos y riqueza, sino la especulación; transformaron algunos sectores del sistema financiero en casinos, perdieron en la ruleta, y nosotros no queremos que Brasil sea víctima del juego”, indicó.
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner comentó que veía “cómo ese primer mundo que nos habían pintado en algún momento como la meca a la que debíamos llegar, se derrumba como una burbuja”.
De Nueva York a Sao Paulo surgieron analistas que calificaron de “socialista” las medidas de salvamento de financiadoras hipotecarias (Fannie Mae y Freddi Mac) y aseguradoras (AIG), así como el auxilio a los mercados desplegado por los bancos centrales de Estados Unidos y Europa.
Nouriel Roubini, economista de la New York University, escribió que “con la nacionalización de AIG, los camaradas (presidente George W.) Bush, (Henry) Paulson (secretario del Tesoro) y (Ben) Bernanke (titular de la Reserva Federal) nos dan la bienvenida en USSA” (Unión Socialista Soviética de América).
Criticó que “Estados Unidos es ahora la mayor compañía mundial de seguros”, con un “socialismo para los ricos y Wall Street, el lugar donde los beneficios son privatizados y las pérdidas socializadas”.
El premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz, afirmó este sábado que “la actual crisis de Estados Unidos es el fin de un modelo económico desastroso y el final de la ideología según la cual los mercados libres y desregularizados funcionan siempre”.
El mayor efecto de la crisis se sintió en las bolsas regionales, donde la pérdida de valor de mercado de las empresas desde el 20 de mayo hasta el lunes último fue de 707 mil 300 millones de dólares, reveló la consultora Economática. Sin embargo, analistas y gobernantes subrayaron que sus países están fuertes y que el impacto en la economía real no será dramático.
En Brasil, la mayor economía regional, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, comentó que “en otras circunstancias Brasil estaría de rodillas”.
En México “no se anticipa ningún efecto” para el sistema financiero, según el presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, Guillermo Prieto, aunque advirtió que aún “no sabemos para dónde va a seguir soplando el aire”.
El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, manifestó que la crisis llegó “de manera gradual, lo que ha permitido medidas contracíclicas y evitar el desplome de la actividad económica”.
El presidente Hugo Chávez señaló que “el derrumbe financiero del capitalismo global” afecta a los “que están fuertemente enganchados con la economía de Estados Unidos. Nosotros hemos comenzado a desengancharnos. Eso no significa que seamos invulnerables, porque se trata del desplome de un gigante”.
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