Es una ley no escrita: Cuando sube la materia prima, lo hace el producto; pero cuando baja, éste no se abarata. Al final, los consumidores pagan más a pesar de la caída de los precios.
Cuando las materias primas suben, los productores se apresuran a encarecer sus alimentos. Así pasó con el sector de la restauración tras la subida de la carne, con los derivados de la leche o con las conservas. El problema –sobre todo para los consumidores– es que esos alimentos ya no se abaratarán aunque sus materias primas bajen de precio. Es lo que ha denunciado la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en un caso concreto que afecta a todos los bolsillos familiares: El pan.
En agosto del año pasado empresas del sector iniciaron una campaña denunciando el encarecimiento del trigo panificable, lo que les llevaría finalmente a subir el coste de la barra de pan. Así fue. Incluso muy por encima de lo que debería haber correspondido al alza estricta del trigo. Pero ahora, un año después, las tornas han cambiado y el cereal ha perdido valor económico de forma progresiva.
Sin embargo, “no se ha producido la necesaria y lógica reducción del precio de la barra de pan”, criticó Nicolás Chica, secretario general de UPA-Granada. El colectivo entiende que hay “margen más que suficiente” para que el pan baje, pero la realidad es que los últimos datos sobre el IPC constatan un incremento del 0,2% respecto al mes pasado.
Algo parecido sucede con los piensos utilizados por los ganaderos. A pesar de la bajada generalizada de los cereales, el alimento del ganado sigue siendo igual de caro, por lo que UPA ha exigido a las industrias del sector que reduzcan los costes “con la misma rapidez con la que lo incrementaron cuando subió el precio de la cebada, el trigo o el maíz”.
“Los ganaderos granadinos se merecen un claro descenso del pienso que alimenta a sus animales, tras más de siete meses de abaratamiento continuado de los cereales”, afirmó Chica. A juicio de UPA, el sector ganadero de la provincia está en una situación “tan dramática” que no puede mantenerse en este estado.
“Es un mal endémico en la economía española que cuando el precio de un producto sube ya no hay forma de que baje, salvo en el sector agrario”, criticó el responsable provincial de UPA, que asegura que lo que peligra es “la pervivencia de las explotaciones”.
El colectivo agrícola apeló, por tanto, a la “sensatez” del sector de piensos “para que en lugar de pretender beneficios inmediatos piense en el futuro de la actividad ganadera española”.
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