miércoles, 12 de noviembre de 2008

Obama planea "echar para atrás" unos 200 decretos aprobados por Bush

Fuente: Radio Mundial.

"Estados Unidos sólo tiene un presidente y un Gobierno". Así recordaba Barack Obama, en su primera rueda de prensa como presidente electo, que George W. Bush sigue dirigiendo el país. Pero sólo hasta el 20 de enero. John Podesta, el encargado de la transición demócrata, ha dicho en televisión que nada más tomar posesión Obama podría echar para atrás varios decretos aprobados por Bush.

Según publica el diario The Washington Post, el equipo de transición de Obama tendría una lista de 200 órdenes dadas por Bush que son susceptibles de ser suprimidas por el recién electo Presidente de EE.UU. Así, mientras en un ambiente de cordialidad, Bush recibe este lunes a Obama en la Casa Blanca, los medios de todo el mundo especulan sobre qué políticas del primero podrían ser las primeras en tumbar la nueva Administración.

En la cadena de televisión FOX, John Podesta ha asegurado que Obama podría utilizar sus atribuciones ejecutivas para anular algunas de las decisiones que, sin pasar por el Congreso, ha adoptado Bush. Entre ellas está el veto del presidente a una ley para la investigación con células madre o la autorización de perforaciones en busca de gas y petróleo en 360.000 acres de terreno en el Estado de Utah, operación a la que se oponían los grupos ecologistas.

"Hay muchas cosas que el presidente puede hacer usando su autoridad ejecutiva sin esperar al Congreso y creo que veremos al presidente hacerlo", ha asegurado Podesta en unas declaraciones recogidas por EFE.

Células madre

The Washington Post recuerda cómo Bush limitó el gasto público para la investigaciones con células madre embrionarias, en la línea de las denuncias de los grupos antiabortistas que equiparan la destrucción de embriones con la de fetos. Según el diario estadounidense, Barack Obama ha apoyado la investigación en este campo para encontrar curas a enfermedades como el Alzheimer, una posición que comparten algunos republicanos moderados.

Aborto y Calentamiento global

The Washington Post también informó que el nuevo presidente estaría dispuesto a levantar un bloqueo contra grupos internacionales de planificación familiar que reciben asistencia de agrupaciones norteamericanas sobre el aborto. Bush impuso esa regulación, que había sido dejada sin efecto por Bill Clinton en 1993. También cuestiones ligadas al calentamiento global serían tenidas en cuenta por Obama.

En busca de gas y petróleo

El otro decreto que podría ser revocado es el que autoriza la perforación para buscar gas y petróleo en 360.000 acres (144.000 hectáreas) de terreno público en Utah. Esta autorización contaba con la oposición de los grupos ecologistas. John Podesta aseguró en esa citada entrevista en la televisión FOX que la decisión de Bush fue "un error".

Inicia transición en la Casa Blanca

Este lunes tendrá lugar la primera reunión entre Barack Obama y George Bush tras las elecciones del pasado martes. La cita es a las 14h en la Casa Blanca y está previsto que el encuentro dure unos 90 minutos. Su esposa, Michelle, y sus dos hijas acompañarán a Obama. El presidente electo parece tener "prisa" por comenzar su mandato. Algunos analistas apuntan a la crisis económica y a la Guerra de Irak para explicar las razones de la premura de la reunión.

El ex asesor de Bill Clinton ha manifestado que el Gobierno de Bush "ha actuado de forma agresiva para hacer cosas que probablemente no van en el interés del país".

En su programa semanal, Bush destacó el fin de semana que la elección de Obama representaba "un momento de triunfo" en la historia estadounidense. "Velar para que esta transición se desarrolle sin contratiempos es una de mis primeras prioridades en el tiempo que me queda", señaló el mandatario norteamericano.

John Podesta, de fiero defensor de los Clinton a la transición de Obama

John D. Podesta y su especial sentido del humor son viejos conocidos de la Casa Blanca. El abogado fue el último jefe de gabinete de Bill Clinton, entre octubre de 1998 y enero de 2001. Ahora, prepara la llegada de Barack Obama al despacho oval. Aunque, al igual que el senador por Illinois, procede de Chicago, lo cierto es que Podesta no tenía relación personal con Obama —de hecho, apoyó a Hillary Clinton en las primarias demócratas—.

Según The New York Times, sus lazos con el que será el presidente número 44 de EE.UU. se deben a tres amigos en común: Tom Daschle, ex líder de la mayoría demócrata en el Senado, Rahm Emanuel, también de Illinois y firme candidato a ser el nuevo jefe de gabinete de la Administración Obama, y Pete Rouse, que co-dirigirá el equipo de transición junto a Podesta y la empresaria Valerie Jarret, amiga de Obama.

Pese a no tener amistad con el presidente, su larga experiencia en los pasillos de Washington han hecho de este abogado de 59 años, licenciado en el prestigioso Georgetown University Law Center, el candidato ideal para liderar una transición que ya llevaba semanas preparando. Podesta —hombre de figura espigada, malhumorado y con ácido ingenio— dio sus primeros pasos en el Capitolio, donde ejerció de asesor de Daschle y consejero en varios comités. El abogado dio el salto al otro extremo de la avenida Pensilvania de la mano de Bill Clinton.

El abogado, de origen greco-italiano, ha sido un fiero defensor de la Administración Clinton. Entre 1993 y 1995, fue asistente del Presidente, secretario de personal y asesor político en diversas disciplinas, desde seguridad de telecomunicaciones hasta información gubernamental. Entre 1997 y 1998, volvió a ser asistente del Presidente, así como segundo jefe de personal.

En 1998, era nombrado jefe de gabinete. Se convertía en los "ojos y oídos" del presidente en un momento en que la Administración estaba golpeada por el "caso Lewinsky", en el que el propio Podesta tuvo que testificar. Actualmente, Podesta es un habitual de los programas de noticias dominicales y preside el Center for American Progress (CAP), un grupo de investigación fundado en 2003 por antiguos miembros de la Administración Clinton para dar la réplica a algunos grupos conservadores.

Su nombre suena ahora en las quinielas de la Administración Obama —se dice que podría ser el nuevo secretario de Energía— pero el abogado ya lo ha descartado. Así lo advirtió este miércoles en una nota interna, citada por The Huffington Post: "Me honra que me hayan pedido que ayude a organizar la transición del presidente electo a un nuevo gobierno. Para este propósito, me tomaré un tiempo de ausencia [del Center for American Progress] durante el periodo de transición. Como he advertido al Senador Obama y a los dirigentes del CAP y el CAPAF [Center for American Progress Action Fund], no me uniré a la nueva Administración y volveré a American Progress cuando finalice la administración".

En todo caso, soluciones no le faltan. Sus recetas para "salvar el país" veían la luz hace sólo unos meses en el libro 'The Power of Progress', una fiera crítica a la Administración Bush y, como el subtítulo del libro aclara, un análisis de "cómo los progresistas pueden, una vez más, salvar nuestra economía, nuestro clima y nuestro país".

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