martes, 15 de julio de 2008

El peso de llamarse Ronaldo

Fuente: BBC Mundo.

¿Escuchó hablar de Ronaldo? Los informativos de radio y televisión lo mencionan a diario, la prensa le dedica portadas y el buscador Google registra más de 48 millones de referencias.

Es para muchos el mejor jugador de fútbol del momento y un ícono mediático. La verdad es que lo ha sido durante los últimos catorce años.

Cuántas veces los narradores han descrito una jugada como ésta: "El balón llega a la banda izquierda, la recibe Ronaldo, la controla y encara a toda velocidad hacia el arco. Deja por el camino a varios defensores antes de sortear la salida del arquero y empujar el balón al fondo de la red. GOOOOLLL!!!!"

Los medios de comunicación lo elogian, la afición lo idolatra y Ronaldo es elevado al olimpo del fútbol. Llueven los calificativos y premios, y por decisión unánime todos lo proclaman el mejor jugador del mundo.

Las multinacionales se pelean por su imagen y millones de dólares se mueven alrededor de la magia que brinda Ronaldo con el balón.

Los clubes desean contra con él. El abanico de opciones dentro y fuera del campo se amplía, la presión de los resultados aumenta y la ausencia de cariño es evidente. El genio también es humano. Llegan las críticas. El divorcio es inevitable.

Una historia que se repite desde 1994, protagonizada por tres futbolistas que no sólo representan la máxima expresión del arte del balón. Los tres se llaman Ronaldo.

El original

El nombre de Ronaldo captó la mirada del mundo cuando fue convocado por Brasil para formar parte de la canarinha en la Copa del Mundo en Estados Unidos.

Sin jugar un minuto, Ronaldinho -como fue rebautizado para el torneo debido a la presencia de otro Ronaldo en la plantilla- se coronó campeón del mundo a la sombra de la pareja formada por Bebeto y Romario.

Siguiendo los pasos de "O' baixinho" y recuperando su nombre, el Ronaldo "original" (viene de Ronaldo Luis Nazário de Lima) tuvo su primer contacto con el fútbol europeo vistiendo la camiseta del PSV Eindhoven holandés, pasando luego al FC Barcelona en 1996.

Ese año, fue proclamado como mejor jugador del mundo, distinción que repitió doce meses después y que obtuvo por tercera vez en 2002.

Pero su paso como azulgrana fue fugaz, y tras una temporada y una polémica negociación, fue fichado por el Inter de Milán.

Ese fue el principio de la historia paralela de Ronaldo, la oscura, la de la final del Mundial de Francia de 1998, la de las lesiones, la de su fichaje por el Real Madrid, sus numerosas relaciones sentimentales y los problemas de sobrepeso.

El relevo

La decadencia de Ronaldo coincidió con el auge de su heredero en la cúspide del fútbol: Ronaldo de Assís Moreira, rebautizado Ronaldinho Gaúcho, quien debutó con la canarinha en 1999.

El paso del testigo ocurrió en el mundial de 2002, cuando ambos -junto a Rivaldo- guiaron a Brasil al penta campeonato.

La explosión de Ronaldinho se demoró en llegar. La polémica lo recibió cuando llegó a Europa de la mano del París Saint-Germain en el fútbol francés, donde estuvo enfrentado con el técnico del conjunto galo, Luis Fernández.

El Barcelona lo rescató y le dio la responsabilidad de liderar el nuevo proyecto azulgrana. Ronaldinho respondió y fue el guía hacia dos títulos de Liga y una Champions, período en el que fue reconocido como el mejor jugador del mundo (2004 y 2005).

Pero el título europeo en 2006 fue el último acto de su obra de arte. Al mes siguiente fue señalado como el principal culpable de la pobre exhibición de Brasil en el Mundial de Alemania.

Dos años después, Ronaldinho está sumergido en una crisis de juego sin saber en dónde estará su futuro.

Descartado por el Barcelona -afición y cuerpo técnico no quieren saber nada del jugador-, sólo el modesto Manchester City parece estar interesado en sus servicios.

La dinastía continúa

Algunos elementos coinciden en la tercera versión de la historia Ronaldo.

Al igual que sus antecesores, el jugador va camino a ser electo el mejor jugador del mundo tras ganar la Liga Premier y la Champions con el Manchester United.

Es protagonista de la principal novela en el mercado de fichajes del fútbol europeo y en escena también aparece un club español, el Real Madrid, club que estaría dispuesto a pagar lo que sea necesario por contar con Ronaldo, como sucedió con el original.

Tal vez las únicas diferencias es que ahora incorpora el nombre Cristiano y cambia de nacionalidad. Y para darle un sentido más dramático, el personaje Ronaldo cumple el rol de "esclavo", en opinión del presidente de la FIFA Sepp Blatter.

El reto para Ronaldo -Cristiano- será repetir lo mostrado la temporada pasada, sea en Madrid o Manchester, una vez que se recupere de la operación a la que fue sometido en su tobillo y que lo tendrá tres meses alejado de las canchas (como Ronaldo en 1998).

Y así poder borrar su última imagen sobre una cancha de fútbol en los cuartos de final de la Eurocopa. Eliminado y derrotado (como Ronaldinho en 2006).

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