El presidente electo de EE UU, Barack Obama, estima que su país está metido en una crisis económica de "proporciones históricas". Por eso ello, ha hecho de la situación económica la máxima prioridad, tanto de su actividad en el periodo de transición hasta que jure el cargo el 20 de enero, como del inicio de su Gobierno. De ahí que haya dedicado los primeros días tras su victoria a conformar un equipo económico de garantías que ha presentado este lunes en su segunda comparecencia pública tras la elección. "No hay un minuto que perder", ha dicho.
El equipo estará encabezado por Timothy Geithner, al que ha elegido como secretario del Tesoro para sustituir a henry Paulson. Geithner, de 47 años, es actualmente presidente de la Reserva Federal de Nueva York. Por detrás de él estará Lawrence Summers, de 53 años, ex secretario del Tesoro con Bill Clinton, que dirigirá Consejo Económico Nacional, un organismo asesor de la Casa Blanca. Se especula con la posibilidad de que Summers acceda a la presidencia de la Reserva Federal cuando expire en 2010 el mandato de Ben Bernanke.
En su segunda comparecencia tras la elección del pasado 4 de noviembre, Obama ha adelantado otros nombres. Así, ha elegido a Christina Romer para encabezar el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca. Romer trabaja en la Universidad de Berkeley (California).
"Cautela y sabiduría"
"El vicepresidente Joe Biden y yo hemos reunido un equipo económico con la visión y la experiencia necesarias para estabilizar nuestra economía, crear empleos y devolver a EE UU al camino", dice un comunicado emitido por el presidente electo antes de su comparecencia. "Al tiempo que afrontamos los grandes desafíos económicos, sabemos que hay grandes oportunidades, si actuamos con cautela y sabiduría. Esa es la misión de este equipo económico", ha dicho.
Todos ellos trabajarán, como primera tarea, en la elaboración de un paquete de estímulos para crear 2,5 millones de empleos, puesto que en su opinión es necesario "poner a la gente a trabajar otra vez". Sin embargo, el nuevo presidente no ha precisado en qué consistirá ese plan ni lo que costará. En cualquier caso, sí ha adelantado que el conjunto de medidas debería ser la prioridad del próximo Congreso cuando reanude las sesiones el 6 de enero, dos semanas antes de su toma de posesión.
Obama ha querido también marcar distancias con el unilateralismo de su antecesor y ha subrayado que la actual coyuntura de "crisis global" supone un desafío en el que será necesaria "la colaboración con otros países para dar una respuesta conjunta" al "círculo vicioso" en el que está inmersa la economía del país.
La comparecencia de hoy ha de tener un impacto psicológico, habida cuenta de que el presidente saliente, George W. Bush, es uno de los patos cojos -término con el que se apoda al presidente saliente- más cojos de la historia, cabeza visible de una política ultraliberal que ha fracasado estrepitosamente. Desde que fue elegido el pasado 4 de noviembre, Obama ha estado prácticamente recluido, excepto alguna esporádica aparición pública, en Chicago, trabajando para dar forma a su Gobierno y a las primeras medidas que piensa poner en práctica.
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